Resumen del Informe de Bantec Estudios, “Gasto en I+D+i en Euskadi 2017”. La mayor parte del incremento del gasto empresarial del último año es debido a la aportación de las Administraciones Públicas vascas.
El gasto en Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i) en Euskadi, a pesar de crecer un 2,34% hasta los 1.321 millones de euros, retrocedió hasta el 1,81% del PIB en 2017, según se recoge en el último informe sobre la evolución de la innovación vasca, elaborado por Bantec Estudios.
Bantec Estudios. GASTO I+D EUSKADI 2017
El ejercicio volvió a estar caracterizado por segundo año consecutivo, por un mayor crecimiento de los fondos públicos (+4,96%, 453 millones) y un menor avance de los gastos empresariales (+1,69%, 731 millones).
En definitiva, 2017 no cumplió las expectativas en materia de gasto vasco en I+D+i. A tenor del excelente comportamiento del gasto empresarial en el último tercio de 2016 y del arranque de 2017, parecía que la inversión en innovación recuperaría terreno en referencia al PIB. Sin embargo, el citado crecimiento del 2,34%, resultó insuficiente para que así ocurriera y el gasto en I+D+i sobre el PIB volvió a retroceder en Euskadi, por quinto año consecutivo.
En este último informe elaborado por la firma de estudios de Bantec, consultora especializada en la gestión y búsqueda de financiación de proyectos empresariales, especialmente de innovación, se analiza en detalle la evolución de la I+D+i vasca desde 2012, no en vano aquel año se alcanzó la cifra récord de gasto en Euskadi. Desde entonces, tres años de caídas y dos de leve recuperación, dejan un saldo de un gasto un 3,78% inferior en términos absolutos (1.321 millones de euros frente a 1.373) y un retroceso en el gasto en relación al PIB del 2,06% hasta el 1,81%.
El esfuerzo público por reanimar el gasto empresarial no está dando los frutos apetecidos. La inversión de las empresas en I+D+i sigue perdiendo peso sobre el conjunto de inversión en materia de innovación. Ha vuelto a hacerlo en 2017 cuando ha retrocedido del 55,7% del año anterior al 55,4%, mientras el de la financiación pública ha aumentado del 33,5% al 34,3%.
El gasto de origen empresarial en I+D+i viene reaccionando con timidez los dos últimos años. Tras el máximo de 767 millones de euros registrado en 2012, cayó hasta 708 millones en 2015 y ha vuelto a crecer en 2016 y en 2017, pero lo ha hecho a un ritmo inferior al que le proponía el mayor aporte de gasto público. De hecho, el último año el gasto de las Administraciones Públicas aumentó el 4,96%, mientras que la inversión empresarial sólo lo hizo el 1,69%.
Además, si nos fijamos en el gasto ejecutado por las empresas vascas, éste habría crecido el 2,68%, según estimaciones de Bantec Estudios, hasta los 998,9 millones de euros. El mayor porcentaje de crecimiento en el caso de la ejecución (+2,68%), frente al origen de los fondos (+1,69%), se habría debido al incremento de los recursos destinados por las Administraciones Públicas a gasto en I+D+i empresarial (206 millones, +10,27%), en comparación con el menor aumento de los fondos destinados por las propias empresas a sus proyectos de innovación (714 millones, +1,24%).
Sin embargo, no todas las Administraciones Públicas están derrochando el mismo entusiasmo a la hora de apoyar la I+D+i. De hecho, la mayor parte del gasto público en innovación empresarial ejecutado en Euskadi procede de ayudas del Gobierno Vasco, cuyo crecimiento ha sido del 50% los últimos 10 años, en contraposición a la caída del 63% experimentada por la aportación del Estado.
El Gobierno Vasco ha anunciado que en el periodo 2014–2020 invertirá en I+D+i 2.737 millones de euros, de los que todavía restan por gastar 1.365 millones. El compromiso de las Administraciones Públicas vascas es el de incrementar el presupuesto de gasto destinado a I+D+i a un ritmo del 5% anual. Si en 2017 su gasto ascendió a 410 millones de euros, ello significaría destinar a tal fin 432 millones en 2018, 454 millones en 2019 y 478 millones en 2020.
El gasto público expansivo, el empresarial refrenado y la inversión extranjera a la baja debido al Brexit y a las políticas arancelarias de Donald Trump, 2018 no parece que vaya a ser un año de relumbrón. Habrá que poner el ojo en 2019. Y, si no, siempre nos quedará 2020.